Reproche a Almería
Por Jairán me abandonas
en el cerro.
San Cristóbal ordena que me calle.
Silencioso examino con
detalle
galeones a salvo de tu ferro.
Ni mujer parecida en el
destierro,
ni fragancia hogareña
por el muelle
a pulmones que sufren
sin su fuelle,
sino vuelta a mi patria
de socorro.
Si naufrago en tu mina
de lunares,
hacia un túnel escapas
por derecho
entre estoques de
plumas y agonía.
La Guajira me arranca
de los bares
desde el beso que
intuye mi capricho:
no consigo olvidarte,
Almería.
Catedral de cuerda
Antonio de Torres hizo
de Almería para España
las guitarras con tal
maña
que el ciprés sabe a
castizo.
Aun muerto aliña el
chamizo
con Tomate y Pescaílla.
Admirar febril semilla
de cerca mientras se
expande
es madera de alma
grande
de lutier sin una
astilla.
Bernardo Amate es miembro de la Unión Nacional de Escritores de España.