Carmen Pérez Ballesteros, poemas

A mi madre Gaya

Mi mundo es bello 

donde lo puedas mirar,

sus aguas son limpias 

de toda serenidad.

 

Miro mi entorno

y siento su calor,

entre flores rosas

embriagando mi corazón.

 

Tierra le pusimos 

más Gaya es su real nombre,

casa de todos los seres

que amamos su esplendor.

 

Ella siente en su lecho

nuestro corazón,

aunque a veces se entristece

si presencia nuestro error.

 

Amada madre Tierra

te amo con mucho amor,

eres mi casa y mi vida 

amándote con dulzor.


Mi mascota pequeña

Tengo en mi mente,

mi pajarito de color.

 

De plumas verdes y amarillas

con sus ruiditos de ilusión.

 

Los días son iguales

de una rutina con amor.

 

Me despierta a sus horas

cuando hay hambre y distracción.

 

Es un poco follonero

y no me deja trabajar

pero lo amo con locura

y no lo quiero dar 

 

Envuelto en su mirada

un brillo especial

me indica su amor

totalmente incondicional,

y es feliz en casa

volando y cantando

sin parar.

 

Amemos a nuestras mascotas

son dignas de amar,

pedacitos del cielo

donde debemos admirar.


Mi amor sincero

Piensas que no te quiero

por no hablar, de nuestro

amor.

 

Si sabes que te adoro

hasta el fondo de mi amor.

 

No sé qué más decirte

si quererte, ya te lo he dicho,

mis maneras de ofrecerte lo

puede que no sean suficientes.

 

Me faltan palabras

incluso hechos, porque para tí

no es suficiente,

pero mi condición de hombre

no me formula ninguna idea

más.

 

Dime cuánto necesitas

y yo te daré más,

porque no quiero perderte

mi amor angelical.


Mi sensación

Cuando todo está en silencio

y mis pensamientos se pierden

en la noche,

una brisa envolvente

sale para saludar.

 

Sonrío contento,

por tan grato despertar,

aunque soñando todavía

me quedaría un poquito

más.

 

Es sensacional, sentirse así

y comprender tus sueños

como creador, de tu

despertar.

 

Nos movemos despacio

y no nos podemos encontrar

pero el alma habla

y tú callado estás.

Soñamos juntos

y nos amamos en distancia

deseosos de vernos

en un tiempo remoto.

 

El antes o el después

no existe,

tan solo es el hoy

donde sacamos, nuestro querer,

amándonos los dos.


Del libro "Amor escondido"



¿Cuál es tu sitio?

Siembras, mientras viajas
en estos caminos nuevos
que sin conocer a tu enemigo
sigues luchando con empeño.

Mueves tus cuerdas
buscando esos misteriosos hilos
silenciando tus palabras
por si al menos me reconocieras.

Cree en ti, corazón verdadero.
Que si por eso enmudezco,
no creas que es por miedo
a encontrar mi ser verdadero.

Que lo encontré hace tiempo y soy
sincero.

¿Cuál es tu sitio? Pequeño amor
siento distancia y nostalgia
dentro de tu corazón.

Con ese semblante fascinante
volamos hasta el firmamento,
creyéndonos que somos hadas
creadoras de todos los sueños. 



Esperanza de mi alma

Paseaba en mi mente,
creyéndome todas las historias
qué hasta en ese momento
me habían pasado.

No digas que no te reconozco
Esperanza de mi alma
que después de vivir tanto,
te quedas ya, descansando
en mi morada.

Hay muchas esperanzas
con distintos nombres
sabroso reconocimiento
de un talento bien conmovido.

Alma solitaria
corazón desnudo al viento
quién no busca su esperanza
como racimos en silencio.

Esperanza de mi alma
te busco y siempre te encuentro.


Rocío de la noche

Creíamos morir
con tan precioso don,
la fatiga de la vida
nos inundaba de sudor,
aguantando adversidades
con firmeza y pasión,
moríamos muy adentro
con un cierto perdón.

La noche me acechaba
y sentía temor
con humilde nostalgia
Gemía a mi alrededor
Buscando tu alma
sedienta de amor,
de un rocío tierno
emulaba tu voz.

Rocío de mi noche
no te vayas de aquí
qué sé donde te escondes
por el vacío que hay en ti.

Carmen Pérez Ballesteros es miembro de la Unión Nacional de Escritores de España.