A mi madre Gaya
Mi mundo es bello
donde lo puedas mirar,
sus aguas son limpias
de toda serenidad.
Miro mi entorno
y siento su calor,
entre flores rosas
embriagando mi corazón.
Tierra le pusimos
más Gaya es su real nombre,
casa de todos los seres
que amamos su esplendor.
Ella siente en su lecho
nuestro corazón,
aunque a veces se entristece
si presencia nuestro error.
Amada madre Tierra
te amo con mucho amor,
eres mi casa y mi vida
amándote con dulzor.
Tengo en mi mente,
mi pajarito de color.
De plumas verdes y amarillas
con sus ruiditos de ilusión.
Los días son iguales
de una rutina con amor.
Me despierta a sus horas
cuando hay hambre y distracción.
Es un poco follonero
y no me deja trabajar
pero lo amo con locura
y no lo quiero dar
Envuelto en su mirada
un brillo especial
me indica su amor
totalmente incondicional,
y es feliz en casa
volando y cantando
sin parar.
Amemos a nuestras mascotas
son dignas de amar,
pedacitos del cielo
donde debemos admirar.
Piensas que no te quiero
por no hablar, de nuestro
amor.
Si sabes que te adoro
hasta el fondo de mi amor.
No sé qué más decirte
si quererte, ya te lo he dicho,
mis maneras de ofrecerte lo
puede que no sean suficientes.
Me faltan palabras
incluso hechos, porque para tí
no es suficiente,
pero mi condición de hombre
no me formula ninguna idea
más.
Dime cuánto necesitas
y yo te daré más,
porque no quiero perderte
mi amor angelical.
Mi sensación
Cuando todo está en silencio
y mis pensamientos se pierden
en la noche,
una brisa envolvente
sale para saludar.
Sonrío contento,
por tan grato despertar,
aunque soñando todavía
me quedaría un poquito
más.
Es sensacional, sentirse así
y comprender tus sueños
como creador, de tu
despertar.
Nos movemos despacio
y no nos podemos encontrar
pero el alma habla
y tú callado estás.
Soñamos juntos
y nos amamos en distancia
deseosos de vernos
en un tiempo remoto.
El antes o el después
no existe,
tan solo es el hoy
donde sacamos, nuestro querer,
amándonos los dos.
Creíamos morir