Se besan sus lágrimas
para beber
aunque saladas
calmarán su sed.
Si buscan agua
hasta anochecer
quizá se pierdan
y no sepan volver.
El pozo está lejos
yo te acompañaré
la vasija en la cabeza
yo portearé.
No conozco el camino
por el sol me guiaré
y con agua fresca
hemos de volver.
El camino es largo
duro de recorrer
el sol abrasa
y quema la piel.
Los pies heridos
ya pueden sangrar
vuelven con agua
para los demás.
La autora es miembro de la Unión Nacional de Escritores de España.