Tali Rosu
Sonó el altavoz del pueblo despertándonos para empezar una nueva jornada. Me levanté y abrí la puerta para buscar el desayuno que amablemente nos dejan sobre el felpudo que reza «Bienvenido a un nuevo día». Cogí también el periódico y me dispuse a comer y a leer los titulares; no había tiempo para entrar en más detalles. De repente percibí en la lengua un sabor desagradable, era la misma sensación que ya me era familiar después de tantas mañanas saboreando la misma porquería.
Fui a lavarme los dientes, pero no se iba esa asquerosa mezcla entre lo amargo y lo nauseabundo. Bebí agua, me comí un limón, mezclé chocolate con fresas y nata, me comí un helado y un melocotón. Hice todo lo que pude, pero no se iba esa sensación horrenda. ¿Alguna vez has comido mierda? Seguro que sí, todos lo hemos hecho. Entra elegante, con traje y corbata, disfrazada de armonía y de promesas esperanzadoras. Después sale como todas, como un despojo inservible que no ha sido capaz de aportar ningún nutriente, solo te ha causado una gran indigestión. Y de repente nos vemos todos encerrados en estas jaulas sin darnos cuenta siquiera de la mierda que tragamos.
Isa Talia Rodríguez es miembro de la Unión Nacional de Escritores de España.