Cuéntame

 

Relato de Lola Gutiérrez

Cuéntame un cuento, uno que sea bonito. Uno que no hable de monstruos o  dragones; uno que no mencione tristezas ni llantos amargos. Cuéntame un cuento que no hable de amores a medias, de medias tintas o de medias verdades. Cuéntame una historia hermosa; una donde todas las personas se den la mano sin importarles el color que los vista. Cuéntame un cuento, uno cualquiera. Háblame de caminos, de hermosas veredas, de frondosos árboles con cantos de aves. Cuéntame un cuento. Uno donde yo ría, ría y ría sin parar, hasta llorar de toda esa risa junta.

Cuéntame un cuento. Uno que me haga volar. Cuéntame como sueña la luna con el mar. Háblame de cómo se acarician. Dime que siente el agua cuando ella la roza desde su cielo. Dime que el sol ya no sonríe con el corazón encogido. El mismo sol que, para no lastimar a su luna, ni se atreve a mirarla. Cuéntame que ese sol no renuncia a todo el amor que siente. Por eso, como premio, brilla siempre como es, redondo, grande, lleno de calor. A la luna, en cambio, la transforma, ella nunca está igual.

Cuéntame de África: cuéntame que todos esos niños ya no necesitan comida ni medicinas de otros países. Cuéntame como están los polos. Dime que ya no matan a esas crías de foca. Dime por fin que todas esas ballenas surcan sin miedo los océanos. Cuéntame que la gente se abriga el cuerpo sin necesidad de sacrificar a ningún animal. Cuéntame que hay dinero para todos, que todos los seres del planeta disponen de un techo donde cobijarse, así como de varios platos de comida al día. Cuéntame que las personas se abrazan entre ellas sólo porque si.

Cuéntame que las cárceles están vacías, que los hospitales están siendo derruidos. Dime que ya no existen los hogares de acogida; tampoco los reformatorios. No olvides añadir en ese maravilloso cuento que los geriátricos y los hospicios se están convirtiendo en hoteles con cine.

Cuéntame que viajamos de un continente a otro en completa libertad, sin registros ni pasaportes. Cuéntame que los candados, los cerrojos, las rejas, las llaves, han pasado a ser algo innecesario, algo que sólo se puede contemplar en los museos.

Cuéntame que todo el armamento del mundo ha desaparecido, qué ya no existen las bombas, que ya no hay ni rifles ni pistolas, que las minas enterradas bajo tierra han dado paso a un sinfín de plantas muy bellas.

Háblame de las palabras, de esas palabras sinceras que nunca se rompen.

Cuéntame que la palabra respeto se lleva a la práctica.

Añade que la palabra extinción se ha extinguido del todo. Háblame de gozo, de placer, de ayudar, de pensar, pero de pensar en los demás siempre dando las gracias. Cuéntame que la educación es tan primordial como el respirar.  Dime que el significado amigo va mucho más allá de lo que en verdad significa.

Cuéntame que los gritos y los reproches sólo son bellas notas de música.

Cuéntame que el amor es el sentimiento más maravilloso que existe, el más noble, el más desinteresado y sincero, ¿Te atreves a contarlo?

Lola Gutiérrez es vocal honoraria de la Unión Nacional de Escritores de España.