Cuéntame
un cuento. Uno que me haga volar. Cuéntame como sueña la luna con el mar.
Háblame de cómo se acarician. Dime que siente el agua cuando ella la roza desde
su cielo. Dime que el sol ya no sonríe con el corazón encogido. El mismo sol
que, para no lastimar a su luna, ni se atreve a mirarla. Cuéntame que ese sol no
renuncia a todo el amor que siente. Por eso, como premio, brilla siempre como
es, redondo, grande, lleno de calor. A la luna, en cambio, la transforma, ella nunca
está igual.
Cuéntame
de África: cuéntame que todos esos niños ya no necesitan comida ni medicinas de
otros países. Cuéntame como están los polos. Dime que ya no matan a esas crías
de foca. Dime por fin que todas esas ballenas surcan sin miedo los océanos.
Cuéntame que la gente se abriga el cuerpo sin necesidad de sacrificar a ningún
animal. Cuéntame que hay dinero para todos, que todos los seres del planeta
disponen de un techo donde cobijarse, así como de varios platos de comida al
día. Cuéntame que las personas se abrazan entre ellas sólo porque si.
Cuéntame
que las cárceles están vacías, que los hospitales están siendo derruidos. Dime
que ya no existen los hogares de acogida; tampoco los reformatorios. No olvides
añadir en ese maravilloso cuento que los geriátricos y los hospicios se están
convirtiendo en hoteles con cine.
Cuéntame
que viajamos de un continente a otro en completa libertad, sin registros ni
pasaportes. Cuéntame que los candados, los cerrojos, las rejas, las llaves, han
pasado a ser algo innecesario, algo que sólo se puede contemplar en los museos.
Cuéntame
que todo el armamento del mundo ha desaparecido, qué ya no existen las bombas, que
ya no hay ni rifles ni pistolas, que las minas enterradas bajo tierra han dado
paso a un sinfín de plantas muy bellas.
Háblame
de las palabras, de esas palabras sinceras que nunca se rompen.
Cuéntame que la palabra respeto se lleva a la práctica.
Añade
que la palabra extinción se ha extinguido del todo. Háblame de gozo, de placer,
de ayudar, de pensar, pero de pensar en los demás siempre dando las gracias. Cuéntame
que la educación es tan primordial como el respirar. Dime que el significado amigo va mucho más
allá de lo que en verdad significa.
Cuéntame
que los gritos y los reproches sólo son bellas notas de música.
Cuéntame que el amor es el sentimiento más maravilloso que existe, el más noble, el más desinteresado y sincero, ¿Te atreves a contarlo?
Lola
Gutiérrez es vocal honoraria de la Unión Nacional de Escritores de España.