De caminos, cacareos y amistad

 

Pasamos la vida descubriendo la vida, sin saber qué depara la vida. Adentrarse en el libro de Ricardo Taboada «El gallo Quirico, el gato Rodolfo y dos jubilados en un hórreo» es redescubrir los caminos vitales y básicos del ser humano. Aquel, casi olvidado tiempo de pandemia, que hoy queda lejano y como recuerdo de un mal sueño, supuso una pelea de instintos con cada uno de nosotros mismos. Encontrar un libro como el de Ricardo, aclara la pelea y hace fácil el recuerdo. Todos nos planteamos, en aquel momento, transformaciones y reaprendizajes, encuentros con nosotros mismos, miradas infinitas ante el espejo y eso que somos. El tiempo se hizo vacuo y los instintos primarios arreciaron. Así lo ilumina y muestra cada palabra de este libro y en éste, cada una de esas palabras es necesaria, te acaricia, te da verdad y sencillez. Quizás no era para tanto o quizás fue necesario parar. ¿Quién sabe?...

Quizás encuentres ese camino, querido lector, en abrir las páginas de este curioso ensayo, que nos hace viajar desde la historia personal al sentido universal de cada vida humana, de cada historia. Yo me quedo con las de Ricardo y Marijuana, con los caminos milenarios de Levinco, los que nos hacen perder importancia y ganar vida, con el canto del gallo al amanecer, el ronroneo de un gato ante el silencio, las palabras lejanas de un amigo de pelo blanqueado y voz profunda, y el agradecimiento que nos plantea la vida.

Diego Jiménez González

Preámbulo del libro El gallo Quirico, el gato Rodolfo y dos jubilados en un hórreo, de Ricardo Taboada Velasco.

Ricardo Taboada Velasco es delegado en Asturias de la Unión Nacional de Escritores de España.

La fotografía corresponde al autor del libro.