El sabio

 

Rafael Alcalá

Dominaba a la perfección todas las artes y las ciencias, incluso sabía demostrar empíricamente lo que sucedió antes del big bang y después del mismo. Recibió el beneplácito de muchos gobiernos, distinciones y títulos nobiliarios. Viajó por los cinco continentes y cruzó todos los mares. Incluso las culturas de los diferentes y múltiples pueblos que conforman el planeta fueron de su conocimiento. Tuvo ocasión de aprender varios idiomas y de probar los más exquisitos manjares, así como de dar conferencias sobre sus conocimientos en cada lugar que visitó. Al cabo de muchos años volvió a la ciudad donde había nacido y en la que tenía establecida su casa, laboratorio, biblioteca, etcétera. Sin embargo, cuando se encontraba sosegado en su enorme mansión, y después de las experiencias vividas, se sometió voluntariamente a una introspección profunda. El resultado fue que ignoraba lo que era enamorarse de otro ser. No conocía el amor, y por tal motivo, al cabo de unos años terminó ingiriendo una buena dosis de cianuro, lo que le produjo una muerte casi inmediata. Siempre, en esta vida, nos queda más de una asignatura que aprobar. ¡Pero el amor…!

Rafael Alcalá es miembro de la Unión Nacional de Escritores de España.