Voy a cumplir sesenta y cinco años
Pronto.
Ayer tenía treinta y tres.
Lo recuerdo bien porque fue cuando me quedé embarazada
de mi tercer hijo.
Me acuerdo que hacía la compra
siempre en el mismo sitio,
y me veo peinándome con dos trenzas
que luego me colocaba alrededor de la cabeza,
como si me coronara a mí misma.
Ayer era feliz y no lo sabía.
Voy a cumplir pronto sesenta y cinco años.
Ahora compro en otro sitio.
No me entretengo ni hablo con vecinas.
Camino rápido y llevo sombrero.
Le cuento a Chewie mis ansias.
Chewie es mi perro.
Me pinto las uñas de rojo
por ver algo de color al despertarme.
No me gusta la hora de la siesta.
No tengo espejos. No fumo.
Tengo canas y una caja llena de fracasos.
Tengo cada noche una pregunta nueva
y estoy deseando que me mientas.
Del poemario, Los pecios del naufragio
Deseé alguna vez que un poeta me amase
Deseé alguna vez que un poeta me amase,
que dejase caer por mi espalda,
lentamente,
versos de rima consonante.
Que me diera besos tallados
con décimas de fiebre.
Que, en mayo o septiembre,
me regalara ramos de sonetos
antiguos
y que me preparara, al despertar,
humeante café
endulzado en fonemas.
Deseé que un poeta me amase
y encontrarme, entre el vértice
de sus muslos,
la métrica perfecta.
Del poemario Piel
Y atardecía
Y atardecía
entre mis dedos de asombro
y los carámbanos de tus ojos huidos.
Y ya no recuerdo si el reloj de entonces
marcaba el ritmo de la mentira
o el silencio del miedo se escapaba
por las esquinas buidas de la cama desahuciada.
La noche se demoraba
en mi espalda y en mis muslos hambrientos,
en mi pelo sin vida y detrás de la puerta
abierta a la cobardía.
Fue un día triste,
escribí años después,
cuando ya no había color en mi alma,
cuando sólo escuchaba el frío,
tu tumulto y el mío,
el ruido del fracaso,
la cercanía del horizonte.
Debajo de mi piel, ferrocarriles.
Del poemario Los pecios del naufragio
Eloísa Pardo Castro es miembro de la Unión Nacional de Escritores de España.