En
la mítica Compostela, la ciudad más cosmopolita de Galicia y centro principal
de peregrinaje de la cristiandad junto a
Roma y Jerusalén, cuyo casco histórico
alberga la imponente Catedral y plazas tan emblemáticas como la del Obradoiro‒
la principal y más famosa de la capital gallega, la de la Quintana ‒a
de vivos e a de mortos‒, la de Plaza del Toural… y decenas de
iglesias, conventos y palacios románicos, góticos y barrocos, se celebró el
XIII FESTIVAL PEREGRINOS MUSICALES, que contempló tanto actuaciones de jóvenes
promesas de la música de cámara como conciertos de artistas de talla
internacional, resultando la jornada central el 11 de julio con el tradicional
concierto de solistas acompañados por la orquesta gallega más universal, la
Real Filharmonía de Galicia; un concierto de excelencia en el que pudimos
escuchar obras de grandes autores como Camille Saint- Saëns, Schumann, uno de
los compositores más representativos del Romanticismo musical europeo o Anton Weber.
Nos
condujo después nuestro destino musical a “A Mariña Lucense”, al Norte
de la Provincia de Lugo, “na beira do mar”, a la orilla del Mar
Cantábrico, entorno versátil, inexplorado y sorprendente de nuestra tierra, con
vestigios arquitectónicos como la Basílica de San Martiño de Foz, considerada
la catedral más antigua de España, o Pazo do Conde de Fontao, residencia cuyos
orígenes se remontan a mediados del S. XVI o la Catedral-Basílica de la
Asunción de Mondoñedo. En este contexto se celebró el X FESTIVAL BAL Y GAY,
tomando el nombre del musicólogo y compositor lucense Bal y Gay (1905-1993),
que inició en su tierra la andadura musical que lo conducirá después a la
madrileña Residencia de Estudiantes en donde descubre la música de vanguardia
con figuras de la talla de Ravel, Stravinski o Manuel de Falla y convirtiéndose
en su exilio mexicano en uno de los pilares de la cultura musical de este país.
El “Bal y Gay” fue una amplia muestra de música de alto nivel que hace que el
festival se consolide cada vez con más fuerza en el panorama nacional e internacional,
clausurándose esta vez en el incomparable marco de la citada Catedral de
Mondoñedo, la “Catedral arrodillada”‒ así denominada por sus perfectas proporciones
y su escasa altura‒ con la música de la Orquesta Sinfónica de
Galicia, otra importante orquesta gallega de gran proyección y prestigio
nacional e internacional, sonando la música en el antiguo “ Mindonietum”, monte de
fuentes y ríos y cuna de celebridades musicales como Pascual Veiga o poéticas, como
Noriega Varela, “ O poeta da montaña”, que supo cantar como nadie la
humilde grandeza de los paisajes: “ dos toxales as tenues froliñas/que
sorríen, a medo, entre espiñas…”
La
celebración del FESTIVAL GROBA, que lleva el nombre del compositor más
prolífico de Galicia, Rogelio Groba, fallecido al inicio de este 2023, nos condujo
a Ponteareas, al Sur de la provincia de Pontevedra, en la comarca de El
Condado, en donde los colores se funden creando un paisaje único y en donde nacía
la vocación del artista descubriendo los sonidos de la naturaleza en el
recorrido por los caminos de su aldea, Guláns, para comprender después que
éstos podían convertirse en la música que sería el motor de su vida: “
componer es la esencia de mi existencia”, decía el Maestro que nos deja
como legado más de setecientos títulos que abarcan todos los géneros con su
peculiar y personal estilo. Un festival que pone en valor la música del autor
de mano de su hijo, Rogelio Groba Otero, violinista, director y fundador y
concertino de la Orquesta de Cámara Galega, convirtiendo su villa natal en
epicentro de la música de cámara en el que se reúnen intérpretes de los más
diversos lugares del mundo. Groba, el compositor que “sueña, describe,
imagina, dibuja y modela su tierra gallega a través de los pentagramas”.
Y
concluimos este recorrido musical nuevamente en Santiago de Compostela, donde
entre el 20 al 24 de septiembre se celebró el FESTIVAL “MARÉ”‒
Festival de Músicas y Artes Atlánticas‒; un evento que acoge
multiplicidad de voces del mundo resultando un mapa común de territorios con
Galicia como epicentro Atlántico y que se inauguró con un concierto excepcional
en el que se reunieron por segunda vez la Real Filharmonía de Galicia y el
cantautor Amancio Prada, ‒la primera fue para grabar y cantar “á
nai da poesía galega” en el cd “Rosas a Rosalía”‒,
celebrándose así en nuestra tierra el 50⁰ Aniversario de la publicación del
disco de culto “ Vida e Morte”, grabado en Francia en 1973 y circulando por España en aquellos tiempos convulsos de
manera clandestina. Un disco con el que el célebre “trovador del siglo XXI”
iniciaba su esplendoroso periplo poético-musical poniendo melodía y voz a expresiones
líricas de autores como Miguel Hernández, Celso Emilio Ferreiro, Álvaro Cunqueiro,
Rosalía de Castro y García Lorca, ofreciendo de éste, precisamente en la
segunda parte del concierto e “in primicia”, la versión sinfónica de los
seis poemas que el célebre Federico escribió en gallego. Él mismo afirmaba: “me
sentí poeta de la alta hierba, de la lluvia alta y pausada; me sentí poeta
gallego”, presentándose aquí sus poemas en forma de suite orquestal como
una obra única y continua en seis movimientos con los seis poemas que fluyen
con la misma naturalidad que mostró el poeta, orquestados y dirigidos en el
Auditorio de Galicia por David Fiuza.
Hasta
aquí el relato de estos viajes de mano de la música; si bien hay que señalar
que el estío musical gallego da para mucho más, quedando en el tintero otros festivales
que no por mencionarse ahora dejan de tener intenso nivel, profunda
personalidad y máximo interés, dejando espacio para un próximo relato y estío que
invite a los melómanos a seguir nuestras sorprendentes rutas musicales.
Julia
María Dopico Vale es delegada permanente de la Unión Nacional de Escritores de
España para las Relaciones con la Música.