Microrrelato
de María del Mar Suárez Sanabria
Ahí
van, siempre juntas, el “punto” y la “I”, decía mi vecino el código binario “0
y 1”, cuando las veía pasar. La “I”, siempre soñadora, se convirtió en un
referente en nuestra ciudad. Siempre sorprendía con sus exclusivos abrigos, en
forma de libros llenos de dibujos de molinos de viento negros y blancos. Y en su
cabeza, el punto, que no quería ser menos, llevaba los sombreros más asombrosos,
cuadrados con plumas de escribir de colores, boinas con tinteros pegados. La “I”
siempre elegante. Y “el punto”, su inseparable colega, todo un personaje. Su
popularidad creció y abrieron tres librerías llenas de fantásticos libros en la
ciudad. El envidioso código binario no dejaba de difamarlas y decía que solo
hacían el ridículo, que no aceptaban la era digital. Hasta puso una denuncia en
el juzgado, ayudado por la inteligencia artificial, pero el caso se archivó por
acusación infundada.
Como le dijo el “punto” a la “I”: Hablan, compañera, luego cabalgamos.
Publicado en el blog del Concurso de Relato Hiperbreve Villa de El Sauzal.
Con
el seudónimo: Luchadora Dulcinea.
María del Mar Suárez Sanabria es delegada en Navarra de la Unión Nacional de Escritores de España.