Inma López, poemas


En el espejo

Mi yo frente al espejo.

A veces todo,

a veces nada.

A menudo simple,

casi siempre complicada.

Unos días grises,

otros arcoíris.

 

Mi yo en blanco y negro

frente al espejo.

 

El yin y el yang en mi rostro

entre el cielo y el infierno.


Del poemario Lo que habita en el alma.


Compañero del alma

Porque quiero contarte, compañero,

que al llegar la noche

y descansar el cuerpo,

mis pensamientos levantan el vuelo

y aunque intente dormir,

no puedo.

 

Porque quiero contarte, compañero,

que mi cama ruge en sueños.

Y entre mis sábanas,

que tiemblan de deseo,

siento que van cayendo sin remedio

las tímidas canas de mi pelo.

Que aunque amanece cada día,

ya no acierto a ver el cielo.

Que mis ojos

hace mucho quedaron ciegos

de tanto esperar por ver

acercarse tu sombra por el sendero.

 

Porque quiero decirte, compañero,

que mi vida se ancló en un te quiero,

que esperé de tus labios una respuesta,

la misma que estoy segura,

se acabó ahogando entre tus miedos.

 

Que mi reloj se detuvo

justo en ese instante,

en el que todos mis sueños

se apagaron,

y desapareció para siempre

la sonrisa de mi semblante.

 

Porque quiero contarte, compañero,

que las capas de mi piel

ya se fueron desprendiendo,

que tras años de espera y delirio

mi alma ya no es tan bella,

y ya solo me queda la certeza

de que siempre amanece,

a pesar de la intensa niebla

que ahora  me ensombrece.

 

Porque quiero decirte, compañero,

que por mi ventana, de vez en cuando,

aún entra, aunque perdido,

algún rayo de luz.

Que dejé mi puerta abierta

y el camino marcado,

vaya a ser que de andar por tantos mundos,

hayas olvidado la senda a casa,

o tus pies...

hayan perdido el rumbo.

 

Porque quiero que sepas, compañero,

que cada noche

aún te busco en mis sueños,

y que cada día

veo tu silueta acercarse

allá a lo lejos,

donde se silencia el horizonte...

allá donde el mar

se funde en la distancia...

allá donde descansan los acordes

de esta vieja y desafinada guitarra.

 

Porque quiero contarte, compañero,

que aunque a veces decaiga,

y sienta que ya no volverá a salir el sol,

y mis ojos ya no aguanten

el peso de tanta lágrima,

y a menudo,

me hunda en la desesperanza...

quiero decirte, amigo,

que todavía te espero.

 

Compañero del alma,

mi compañero.

 

Del poemario Lo que habita en el alma.

Inma López es miembro de la Unión Nacional de Escritores de España.