José Manuel Cairo Antelo, poemas


La memoria es de aire;

las penas, son de agua;

las tristezas, de cemento;

las alegrías, aliento del alma.

 

El olvido  es lamento espiritual

empapado de ternura

que se cuela por los resquicios del recuerdo.

Recordar, es fortuna que poco dura

y riqueza destinada a la pérdida.

 

La ignorancia es el engaño que la comodidad utiliza

para mentirse y oxidar los cimientos

de la fortaleza imprescindible.

Clausurar las puertas del saber

es alienación social sin futuro.

 

Solo el inútil comprende

que los campos puedan pisarse

y esperar cosecha sana y fértil.

La tierra no se miente: su conocimiento

puede al hombre y su demencia.

 

La naturaleza es sabia

y no consiente el juego sucio.

 

Solo el hombre mata y muere.

Lo natural, se recicla y renace siempre vivo.


El futuro, es una esfera

que se nutre del pasado,

lo reitera, retocado,

y lo replica.

 

Se maquilla

en los espejos que ya fueron,

y se modela para los que llegan

a las fronteras.

 

El futuro, bota,

y gira,

como una bola,

y es hebilla

del cinturón que lo sujeta

a la panza de la historia. 



No me confundas nunca con una máquina

Yo tengo ojos a los que mirar,

manos que tocar,

un torso que abrazar,

palabras que decir,

juicio para no juzgarte,

amor de sobra para repartir,

muchas ganas de escucharte

y tiempo a espuertas que dedicarnos.

Y sin enchufes,

sin baterías, sin pantallas, sin botones;

todo, solo a cambio de tu compañía,

si deseas compartirla conmigo.

Entre humanos.

José Manuel Cairo Antelo es delegado permanente de la UNEE de Relaciones con la Medicina.