Lluvia de estrellas
Imbuida por un todo,
el verbo conjugó,
la alquimia de nuestros jugos,
al circundar desenfrenada,
sin parada en el trayecto,
los raíles de mi yunque,
saciándome sin descanso,
con la combustión del fuego,
que provocaste en el caudal,
de tu discurrir en mis surcos,
avivando los amaneceres,
de la piel de mis ascuas,
a la intemperie y sin resguardo.
Y, ante tanto furor,
las cancelas de nuestros poros,
se abrieron de par en par,
accediendo nuestras cimas,
cuando mi crepúsculo rugía,
mientras plácidamente dormía,
en lluvias de estrellas,
resbalando acompasadas,
por la comisura de mis sueños,
degustando, sorbo a sorbo,
tu gemir desgobernado.
Fotografía del autor realizada por Juan Moya.
José Salguero Duarte es miembro de la Unión Nacional de Escritores de España.