Primavera
Luz, agua, brisa, primavera.
Primavera que irrumpe
entre los añicos del frío invierno,
se abre paso, se instala
en el espacio de cielos azules
y naranjas amaneceres,
la luz del sol naciente
destella en prismas de cristal,
y mil colores danzan
en bailes ancestrales
de heredados honores.
Emana agua en fuentes de piedra,
en gotas de rocío.
La primavera, despierta
en equilibrio natural,
en brotes de esperanza
al milagro de la vida.
Primavera, caricias marina,
brisas perfumadas de sal
peinan ninfas de los mares del sur,
aromas de romero impregnan
atardeceres de abril.
Alas de mil mariposas
cosquillean, revolotean,
hacen guiños al amor,
dibujan sonrisas de juventud
sobre la arena de la playa.
Primavera,
espacio reservado al paraíso terrenal
se abre de par en par
a primaveras de Machado,
a primaveras de Botticelli.
La bruma cubre el tibio sol de la mañana,
Temprana
El día viste de gris su infinita tristeza,
Certeza
Del designio que entreteje la avenida,
Teñida
Claroscura en el último destino,
Sino
En santo y seña de la vida,
Perdida
... hoy no sonríe la Gioconda.
Mar y limonero
Frente a la mar
Sal y limón me Impregna
Pinto mis ojos
Verde azul amarillo
Nace un poema
Escrito en pentagrama
Música y canto
Aletean gaviotas
Acompasadas
Acercan horizontes
Ola tras ola
A mis manos de arena
Frente a la mar.
A ti, madre, allá donde estés
Con zapatillas de armiño
vestida con sedas blancas
al albor del nuevo día
tú, con la luna te marchas.
Luna nueva, luna llena
luna de tu madrugada,
albahaca, azahares,
aromas de tu almohada,
esbozo de una sonrisa
en primavera estallada,
apremio de tu silencio
en la palabra callada,
refugio de una quimera
principio-fin de morada.
Con zapatillas de armiño
vestida con sedas blancas
a la grupa de tu luna
cabalgas madre, cabalgas.
Luna, luna de esperanza
donde el tiempo se detiene,
donde los besos se fraguan,
donde la nada es el todo
donde el todo se desgrana,
luna, luna de esperanza,
donde el alma se alboroza,
donde tú, el cielo alcanzas,
donde el amor te despierta
allí donde Dios te habla.
Con zapatillas de armiño
vestida con sedas blancas
al albor del nuevo día
tú, con la luna te marchas.
Navego
Hoy navego a la grupa de mis lunas,
Buscando los tesoros de otro tiempo,
Un te quiero tejido en un destiempo,
Perdido en un desierto de mil dunas.
Allá duermen historias infortunas,
Producto de convulsos contratiempos,
Presas, yacen prendidas en el tiempo,
A la suerte de azares y fortunas.
Me envuelvo de mar, de sales y brisas,
Levanto el vuelo cual gaviota errante,
Al encuentro de besos y sonrisas.
En tu puerto seré por siempre amante,
Tu verbo, tus versos, llantos y risas,
Seré luna en tu noche, navegante.
El sol ha templado su calor
Incandescente
Sombríos horizontes, son otros los días,
Diferentes
Noches alargadas enlazan
Madrugadas,
Transitan eternas en el alba,
Inacabadas
Acompaña luna menguante
Mis desvelos,
Ausencia en mi mar, brillos de plata,
Anhelos
Trenzan recuerdos en mi mente
Desbordada,
Salvaguardan sentimientos del alma
Enamorada
Tiempos de soledad caminan
El presente,
Tristeza, fiel compañera de viaje,
Permanente.
Abriré sendas y caminos
La palabra
Tomemos la palabra como lanzadera
pongamos la razón.
Horizontes de Paz
Silencio en las armas del nuevo día
En silencios de Paz.
Poema dedicado al Alzheimer.