Luis Ángel Ruiz Herrero, poemas

 

Luz y amor

Para qué quieres luz si ya estás muerto

hombre sin fe, sin alma ni esperanza

en el otro alimento que no alcanza

a saciar la moneda ni el injerto.


Muerto estás. No lo sabes, hay un huerto

de paz espiritual de gobernanza

y el abrazo del beso es la semblanza

del pan del corazón de un mundo incierto.


Perdido estás y no lo sabes, hombre.

La luz sale del bosque, el agua, el trino

del auténtico olor que le da nombre


y nace de ese parto matutino

de exigirte ser tú, sin más pronombre

que el ser bondad y amor como destino.


Vida más allá

Y existes tú, aroma,

bidón de besos puros,

agua, quizás locura insomne y frágil,

recóndito lugar donde me exilio.

Cuerpo y raíz, abrazo,

palabra a la deriva,

suelo esponjoso y piel,

paisaje transitado por el sol

de ese alfar que en tu vientre se hace espiga,

olivo, salvia, bosque

robledal raído de los sueños.

Tú. Tú. Y tú,

Biblia en el rumbo acuoso del deseo.


Réquiem del exilio

Porque todas las rosas no son blancas

escribo en el bordillo de la acera

las voces de los pasos que se alejan

con versos que se borran en la lluvia.

 

Porque la luz y el eco de la calle

no son negros, ni blancos ni azucenas,

se enquistan en el borde de las piedras

y acojo de la lluvia el sufrimiento.

 

Ni el eco del bordillo ni las rosas

relucen los zapatos que caminan

mojados con la lluvia del esfuerzo

y su sudor no es blanco sino negro.

 

Porque blanca es la voz de un niño muerto

en la playa sin nombre del exilio;

porque negra es la noche de la guerra

y la guerra es la noche en el olvido.

 

Porque es duro el bordillo y su rencor.

Y las bombas se venden a menores.

Y las rosas son blancas e indefensas.

Porque es negra la rosa del fusil.

 

La lluvia es el sudor de los zapatos

de tanta rosa pura que no es blanca

y se pierde en la noche de ser nadie

y nadie es la metralla sin amor.

 

Porque Nadie es la luz de un ser efímero

asustado en el miedo del bordillo

del verso de la rosa en su voz blanca

esperando un camino hacia el océano.

 

Y el agua es la ruleta de la lluvia

en el pretil sin luz de la esperanza.


Luis Ángel Ruiz Herrero es vocal honorario de la Unión Nacional de Escritores de España.