Llueve
Llueve.
Y la lluvia
crea cauces nuevos,
disuelve
caminos viejos
entre las
montañas que conforman
este valle
en el que un día nos encontramos.
El río,
inconsumible, se desborda.
Ya nadie
sabe dónde se encuentra.
Sé a ciencia
cierta, que algún día
(probablemente
tú y yo ya no estaremos)
ya no habrá
río, ni valle, ni montañas
y una masa
informe de agua sepultará aquel cruce
en el que
solo en la inmensidad de la noche,
temeroso,
lleno de esperanzas,
te esperaba.
