Las flores del amor
Cuando las flores nocturnas del amor
trenzabas dulces sobre mi sien,
caían pétalos alimentando mi fervor
mientras la lluvia me enamoraba también
Andábamos tomados de la mano,
más de un juramento eterno te di.
Ni mi pensamiento, siempre soberano,
no podía alejarme de ti.
Cuando las flores del amor del alba
nos reencontraban bajo el pálido sol,
seguía su risa en armonía y la salva
sobre el lecho del hojas trébol, rol.
Para encantarme, para aliviarme,
con su voz suave y celestial,
decía que todo va a quedarme
bien, al andar por el umbral.
Cuando las flores del amor, nevadas,
filtraban trozos del porvenir,
se abrió en su alma, renovadas,
páginas grandes de un sentir.
Cuando las flores del amor, calladas,
se marchitaron sin un porqué,
teníamos miradas apagadas,
soñando el último “bésame”.
Lloramos como niños en la noche,
cuando supimos la verdad cruel:
que no podríamos, ni por derroche,
romper el gran y viejo tropel.
