LUIS sale al balcón. Cauteloso,
mira hacia la izquierda, al balcón vecino, luego se despereza, respira con fruición el aire libre. TERESA sale también a su balcón. LUIS hace ademán de huir.
TERESA. ¡Hombre, Luis,
¡al fin te pillo!
LUIS. Hola, Teresa.
Bueno, yo ya me iba.
TERESA. ¿Y adónde?
LUIS. Mujer, dentro.
¿Dónde voy a ir?
TERESA. Llevamos siete
días de confinamiento y no has salido al balcón ni uno solo. Aguantando el
tipo, ¿eh?
LUIS. Bueno. Voy
sobrellevándolo.
TERESA. Ni para aplaudir
a las ocho a los sanitarios.
LUIS. No.
TERESA. ¿Y no sería por
no verme?
LUIS. ¡Mujer, qué cosas
dices!
TERESA. Es que dejaste de
llamarme de repente. Así sin más.
LUIS. He estado muy
liado.
TERESA. ¡Vaya!
LUIS. Y ahora, con el
teletrabajo, no paro.
TERESA. Ya.
LUIS. Bueno, me voy.
TERESA. No te vayas.
LUIS. ¿Qué quieres?
TERESA. Me debes una
explicación, ¿no crees?
LUIS. ¿Una explicación?
TERESA. Sí. Aquí
confinada, no dejo de darle vueltas.
LUIS. (Va a meterse en casa). Tengo que seguir
trabajando.
TERESA. No te vayas que
me pongo a contarles a los vecinos lo nuestro.
LUIS. ¿Lo nuestro? ¿Qué
nuestro? Si no hubo nada.
TERESA. Ya mismo salen a
aplaudir.
LUIS. ¿Qué le importa a
nadie?
TERESA. Mucho, les
importa mucho. Date cuenta de que están aburridos.
LUIS. No serás capaz.
TERESA. Veremos. Llevo
una semana encerrada, sola, y estoy que me subo por las paredes. Y no hago más
que darle vueltas a lo nuestro. Tú me debes una explicación.
LUIS. Yo no te debo nada.
TERESA. ¿Qué no me debes nada? Haciéndote el encontradizo en el descansillo, llamándome por teléfono, invitándome a unas copas, ¡tirándome los tejos un mes seguido! Y, una vez que me echas el polvo, ni más saludos, ni más encuentros en el descansillo, ni más llamadas, ni más copas, ni más nada. (…)
Mísero polvo en Teatro para una crisis.
Ed. Consejería de
Cultura y Patrimonio Histórico, 2020.
Isabel Martín Salinas está galardonada con el escudo de oro de la Unión Nacional de Escritores de España.