Microrrelato de Elina Pereira Olmedo
Se
me ocurrió pasar la aspiradora; había pelusas en la habitación vacía. Un
montoncito de cenizas que no sabía de dónde había llegado me molestaba junto a
la esquina noroeste.
Cuando
terminé de recogerlo, me encontré dando vueltas y sacudidas en el tambor del
aspirador.
Se
me había olvidado que estaba muerta.