Poeta y cantaor. La magia de la música en la palabra y en la voz

 

Artículo de Juan Miguel Roca Martínez

Dice mi amigo Sebas “El Cómic” en su libro Flamencomix publicado en 2023 que “La letra con el cante entra”. Esta frase toma punto de partida de otra expresión por todos conocida “La letra con sangre entra”.  Ambas afirmaciones tienen en común solamente la fórmula expresiva, ya que no se parecen ni en el sentido ni en el tono. Esto de que la letra con el cante entra viene a coincidir con la conclusión del investigador y folklorista Machado y Álvarez en su obra Colección de cantes flamencos de 1881, en la que afirma y confirma que la transmisión oral es fundamental para explicar que la palabra oral, recitada o cantada quien la escuchaba podía conocer y aprender su mensaje. El cante flamenco es una cultura popular de transmisión oral y es el pueblo el que al cantar crea el arte y sus estilos. Muchas veces faltó el soporte bibliográfico que registrara en escritura tales hechos artísticos, así que solo escuchando las voces cantaoras se aprendía el estilo que fijaba la melodía musical de la interpretación realizada. A los no iniciados puede darse el caso de que no entiendan la letra. Pero a base de escuchar una y otra vez se entiende el mensaje de la copla. Es por eso que con el cante la letra entra.

Federico García Lorca cultivó la poesía popular inspirándose en las tradiciones que escuchaba y compuso unas obras inolvidables por su calidad poética, su capacidad evocadora y su facilidad de transmisión de emociones. Bastantes de sus letras poéticas las recogen los cantaores dada su escasa creatividad literaria en las tradiciones orales propiamente originales del cante “jondo” y por eso vienen a beber de los poetas, entre ellos, Federico García Lorca.

Así ocurre como un ejemplo nada paradigmático el que vamos a exponer: José Mercé, archiconocido cantaor jerezano participa junto con otras voces de igual prestigio como Enrique Morente, Arcángel, Alba Molina con su “Verde, que te quiero verde”, Carmen Linares e incluso Camarón de la Isla con su “Nana del caballo grande” en el álbum flamenco “Lorca vivo” producido por Javier Limón y Juan Carmona en la Casa Limón y aparecido en noviembre de 2016 con una entrega del diario El País. El álbum es una versión en cante flamenco de diversas composiciones de García Lorca en homenaje al mismo.  José Mercé interpreta un poema de Federico titulado “Agua, ¿dónde vas?”. Su versión fue un éxito total con el que aporta una serie de valores flamencos a los literarios ya integrados en el texto por el poeta granadino.

La suma de poeta y cantaor, de las calidades literarias del poema más las flamencas del cante constituyen la más magnífica fusión de las dos artes tan exquisitas de la cultura española. Vamos a intentar detectar en este poema-cante en qué consiste ese nexo  o soporte melódico sobre el que se fusionan feliz y complementariamente los valores poéticos y los valores flamencos.

La letra del poema es la que sigue:

Agua, ¿dónde vas?

Riyendo voy por el río

a las orillas del mar.

 

Mar, ¿adónde vas?

Río arriba voy buscando

fuente donde descansar.

 

Chopo, y tú ¿qué harás?

No quiero decirte nada.

Yo… ¡temblar!.

 

¿Qué deseo, qué no deseo,

por el río y por la mar?

 

(Cuatro pájaros sin rumbo

en el alto chopo están).

 

Este poema apareció en una primera edición de 1927 en un libro titulado “Canciones”, uno de los primeros que dio a conocer Federico García Lorca.

El poema, de carácter breve y sencillo, constituye una reflexión sobre la naturaleza efímera de la vida y la idea de que todo discurre y cambia constantemente.  El primer verso “Agua, ¿dónde vas?” es una pregunta retórica porque el agua no tiene conciencia o voluntad propia. La pregunta sugiere una idea más profunda sobre la naturaleza del cambio y la evolución constante.  Se describe cómo el agua fluye de los ríos y arroyos hacia el mar. Y cómo los ciclos del agua continúan con la evaporación de la misma formando nubes y luego cayendo en forma de lluvia para empezar de nuevo otro ciclo semejante. Pero el poema también sugiere que así como el agua fluye y cambia constantemente también lo hace la vida humana.

Métricamente son versos de entre 7 y 9 sílabas de medida irregular, pero se nota que los pares son de la misma medida y los impares también son de la misma medida. Esto le da un ritmo particular que lo hace sonar musical y fluido, similar al flujo del agua que describe el poema, un acierto del poeta. El ritmo interno está organizado en base a una muy bien meditada distribución simétrica en la mayoría de los versos, coincidiendo los tónicos o fuertes de cada verso en las mismas posiciones (pares o impares) que en los demás versos. Esto aporta una musicalidad especial o mágica a la palabra del poema resultando de una bella armonía tanto en su recitación poética como en su interpretación cantaora.

El recurso literario del río como símbolo es complejo y rico de significados en la poesía, pudiendo sugerir el flujo de la vida, la transformación, la sabiduría, lo sagrado. Lo que en el poema sugiere es el cambio constante de la vida humana.

El poema expresa con mucha riqueza musical y literaria una profunda sensación de la fugacidad y los cambios de la vida. Federico en su primera formación aprendió música con tanta afición que su propósito era hacerse compositor de canciones. Se identificaba desde niño con aquellas que escuchaba de su entorno viviéndolas en lo más profundo de su alma. Y supo aplicar esos conocimientos para conseguir la mejor expresión melódica de muchas de sus composiciones.

José Mercé es el nombre artístico de José Soto Soto, cantaor flamenco español de origen gitano. Primo de Vicente Soto “Sordera”, pertenece a la saga flamenca de cantaores más longeva de Jerez de la Frontera y es bisnieto del mítico cantaor Paco de la Luz. Y a la luz del contenido de actividades del 44 Festival Internacional de Cante Flamenco de Lo Ferro vendrá este año 2024 a participar en la celebración del mismo como principal estrella invitada.   Será en la última semana de Julio. Su larga trayectoria avala su alta calidad cantaora y sus continuados éxitos le configuran como principal referencia en el panorama flamenco actual. En su decir del cante una expresividad artística y flamenca muy acertada y particular, capaz de sugerir múltiples sensaciones sensoriales y emociones muy profundas.

En la grabación “Lorca vivo” interpreta con su particular manera de expresión cantaora el texto del poema “Agua, ¿dónde vas?” del poeta de Granada modificando algunas palabras, añadiendo algunas expresivas repeticiones y adaptando en otras voces ( como a modo de estribillo) la pregunta del título “Agua, ¿dónde vas?”.  Lo hace al estilo de tangos y surge un contraste curioso. El ritmo y melodía ligera y rápida del tango, que generalmente transmite alegría, contrasta sin parecer incompatible con la profundidad emocional que produce la reflexión de los cambios y lo efímero de la vida tratados en el poema. Se advierte un equilibrio justo de la musicalidad del tango con la profunda sensación que se transmite en el mensaje, pues esta queda un tanto solapada pero no sustituida. ¿Cómo puede producirse este aparente milagro? Quizá no pueda explicarse con palabras. Lo que sí está claro es que esta interpretación de José Mercé envuelve y disuelve la forma poética lorquiana de dicha reflexión en una nueva forma artística singular y de más intensidad musical. Con la melodía musical de su voz Mercé realza y en cierto modo modifica la emoción que destila el poema. No es cuestión de creer o no creer en eso que llamamos duende flamenco, como el mismo Federico decía en su conferencia “Teoría y juego del duende” y que había que buscarlo en las últimas habitaciones de la sangre. En la sangre no hay habitaciones para duendes.

El pensamiento racional es insuficiente para expresar o revelar las emociones. En todo caso cabe presentir que afloran a la epidermis de la piel, erizándose el vello de la misma, transformándose en un deleite por esa magnífica interpretación. Si escuchamos a lo profundo, es como si reseteara (o resteara) el alma: el cante y música flamenca tiene una asombrosa capacidad de transformar y transmitir al máximo las emociones en una obra de arte poética, musical y cantaora, en este caso con esa lorquiana filosofía de vida, pues es como si cantara “Vida, ¿adónde vas?” en vez de “Agua, ¿dónde vas?, llegando a conmover lo más profundo de nuestros adentros.

Es como si la melodía del tango surgiera desde lo más profundo y mágicamente establece en el hombre un estado de conformidad con su destino para sobrellevar mejor nuestro vivir sobre la tierra, aunque nos conciencie de su final. Quien no aprecie o no conozca el sentido profundo del poema se quedará solo en la percepción de la mitad de sus valores, sucediendo lo mismo en el cante de Mercé. En esta interpretación lo efímero de la vida se funde como complemento necesario con un cante de intensa belleza musical sublimándolo en una obra de arte natural. El ritmo del poema (de la palabra) se funde mágicamente con el ritmo del tango (de la voz) logrando una composición indivisible, vital y atractiva por virtud de una melodía natural que subyace en las dos artes: el poema y el cante.  Y es por eso que en el flamenco la letra, su sentido y el profundo sentir que comporta, con cante entra.

Juan Miguel Roca, Licenciado en Filosofía y Letras, Escritor, Secretario de la Peña “Melón de Oro” del Festival Internacional de Cante de Lo Ferro, Delegado Permanente de la UNEE (Unión Nacional de Escritores de España) para las Relaciones con el Flamenco.