La luna
Satélite:
Rey de las estrellas.
Despiertas
para vigilarnos al anochecer.
Cuando
los sueños empiezan a aparecer.
Detective
privado nocturno.
Sospechoso
de nuestras travesuras
y
sentidos profundos.
Sonámbulo
perfecto en silencio.
Como
el canto de las chicharras
en
los campos secos del estío.
Filosofo
fructífero del hombre,
al
desnudarse de sus quehaceres inquietos.
Tajas
de melón a veces:
Otras,
nos endulzas las noches
con
todo el postre entero.
Guía
y refugio del caminante
por
los perdidos senderos.
Alumbras
tus madrugadas en el mar.
Fiel
acolito del pesquero
que
desafiando obstáculos,
a
por el rico alimento, va.
Testigos
de fieles amantes
que
saborean la noche,
al
ritmo de besos y caricias:
Felicidad
¡Levántate y envuelve la mañana!
¡Contágiate de la alegría del sol!
Que entra por tu ventana.
Mira el cielo azul
en un día de campo o playa.
Abraza a tu amigo,
como hermano del alma.
Darle respeto y gran cariño,
con sus virtudes, fallos, sin trabas.
Sonríele a carcajada limpia.
Deja que tu intrépido rostro
acaricie la brisa
y acepta los vaivenes de la vida:
Sinsabores, cortapisas.
Sácale el jugo positivo
Aprende con experiencia y sabiduría.
¡Que no te falte nunca
las ganas de trabajar cada día!
Construye un mundo mejor,
Que aporte bienestar y armonía.
Contempla un cuadro:
Obra de arte, en una galería.
Disfruta del saber en una conferencia.
Juega con palabras, en una poesía.
Dominó, ajedrez:
Desarrolla la mente sin prisa.
Disfruta de los días de fiesta,
con amigos de cervecitas.
Baila sin parar en una discoteca.
Lanzar un grito al aire:
¡Viva la vida!
Marinero, marinero
Marinero, marinero.
Marinero: ¿Dónde vas?,
Dejando en tierra a los
tuyos,
para lanzarte valiente al
mar.
Mujer que sola te quedas,
tristemente en el puerto, lo
despedirás,
esperando paciente el mañana,
en que de nuevo, junto a ti
volverá.
Días y días sufriendo,
horas y horas sin descansar:
saltándote las lágrimas y
sonriendo,
al preguntarte tus hijos por
papá.
“No sé donde fue, cariño mío,
algún día, pronto llegará”.
Marinero, marinero:
Deja la costa y vete ya.
Junto a tu barquito velero que,
cargado de herramientas, lo
llenarás.
Y, lánzate a los mares
adentro.
Sin saber, como estarán.
Arriésgate y lucha contra
ellos,
más de uno, por ti velará.
Llevas contigo el AMIGO
ETERNO
que, constantemente te
guiara.
Noches de lluvia y frío,
mareas altas tendrás.
Pero sé que eres fuerte,
amigo y,
con mucha valentía, vencerás.
A los obstáculos del camino,
los peligros del mar.
Alégrate y suspira conmigo,
A lo lejos, el puerto se ve
ya.
Prepara tu comida, cansado.
Orgullosa, tu familia
esperará.
Aparca el velero en la
orilla,
y darle un abrazo fraternal,
a los que han sufrido tanto,
por alimentar tu dulce hogar.
Paseas, y no andas.
caminas, y nunca te cansas.
El día se hace paraíso,
Y la noche,
un vergel de armonía y felicidad.
Al contemplarte, cuando te recorro,
al caer la tarde,
de una primavera radiante,
o bajo la sombra de una refulgente luna,
en una de tus callejas.
Paso a paso, rincón a rincón,
verso a verso,
componen las notas de mi poema,
que tan jubiloso te dedico,
pues sólo tú, Córdoba mía,
ya eres toda poesía bella.
Poesía pura y limpia,
Que te engalanas y te pones guapa
para que te vean,
que eres la más hermosa,
la más grande.
San Lorenzo, Capuchinos, Bailío,
San Andrés,
Santa Marina, Huerto Hundido.
¡Ay..., que maravilla!
Rosita: "Te estoy buscando.
Querida amada Rosa: ¿Dónde te metes?:"
grito, ante el sigilo de la madrugá.
Pa´ irme contigo a la Judería,
y volvernos locos,
correteando piedras e historia.