Felicidad
¡Levántate y envuelve la mañana!
¡Contágiate de la alegría del sol!
Que entra por tu ventana.
Mira el cielo azul
en un día de campo o playa.
Abraza a tu amigo,
como hermano del alma.
Darle respeto y gran cariño,
con sus virtudes, fallos, sin trabas.
Sonríele a carcajada limpia.
Deja que tu intrépido rostro
acaricie la brisa
y acepta los vaivenes de la vida:
Sinsabores, cortapisas.
Sácale el jugo positivo
Aprende con experiencia y sabiduría.
¡Que no te falte nunca
las ganas de trabajar cada día!
Construye un mundo mejor,
Que aporte bienestar y armonía.
Contempla un cuadro:
Obra de arte, en una galería.
Disfruta del saber en una conferencia.
Juega con palabras, en una poesía.
Dominó, ajedrez:
Desarrolla la mente sin prisa.
Disfruta de los días de fiesta,
con amigos de cervecitas.
Baila sin parar en una discoteca.
Lanzar un grito al aire:
¡Viva la vida!
Marinero, marinero
Marinero, marinero.
Marinero: ¿Dónde vas?,
Dejando en tierra a los
tuyos,
para lanzarte valiente al
mar.
Mujer que sola te quedas,
tristemente en el puerto, lo
despedirás,
esperando paciente el mañana,
en que de nuevo, junto a ti
volverá.
Días y días sufriendo,
horas y horas sin descansar:
saltándote las lágrimas y
sonriendo,
al preguntarte tus hijos por
papá.
“No sé donde fue, cariño mío,
algún día, pronto llegará”.
Marinero, marinero:
Deja la costa y vete ya.
Junto a tu barquito velero que,
cargado de herramientas, lo
llenarás.
Y, lánzate a los mares
adentro.
Sin saber, como estarán.
Arriésgate y lucha contra
ellos,
más de uno, por ti velará.
Llevas contigo el AMIGO
ETERNO
que, constantemente te
guiara.
Noches de lluvia y frío,
mareas altas tendrás.
Pero sé que eres fuerte,
amigo y,
con mucha valentía, vencerás.
A los obstáculos del camino,
los peligros del mar.
Alégrate y suspira conmigo,
A lo lejos, el puerto se ve
ya.
Prepara tu comida, cansado.
Orgullosa, tu familia
esperará.
Aparca el velero en la
orilla,
y darle un abrazo fraternal,
a los que han sufrido tanto,
por alimentar tu dulce hogar.
Paseas, y no andas.
caminas, y nunca te cansas.
El día se hace paraíso,
Y la noche,
un vergel de armonía y felicidad.
Al contemplarte, cuando te recorro,
al caer la tarde,
de una primavera radiante,
o bajo la sombra de una refulgente luna,
en una de tus callejas.
Paso a paso, rincón a rincón,
verso a verso,
componen las notas de mi poema,
que tan jubiloso te dedico,
pues sólo tú, Córdoba mía,
ya eres toda poesía bella.
Poesía pura y limpia,
Que te engalanas y te pones guapa
para que te vean,
que eres la más hermosa,
la más grande.
San Lorenzo, Capuchinos, Bailío,
San Andrés,
Santa Marina, Huerto Hundido.
¡Ay..., que maravilla!
Rosita: "Te estoy buscando.
Querida amada Rosa: ¿Dónde te metes?:"
grito, ante el sigilo de la madrugá.
Pa´ irme contigo a la Judería,
y volvernos locos,
correteando piedras e historia.