María del Carmen Aranda
Hay veces que al despertarnos
bruscamente nos sentimos confusos. Y yo me pregunto: ¿Por qué los seres humanos estamos dormidos? ¿Qué es lo que está
pasando? No se reacciona ante nada: desequilibrios mundiales, abusos, hambre…».
«No sé», me dije, «siento que estamos sometidos, siento que pasamos por esta
vida aletargados, subordinados, sumisos y dependientes». Es como si en el aire
flotara la anestesia que nos tiene a todos adormecidos, a excepción de los más
hábiles que lo producen; y ellos sí, ellos sí se protegen.
Esta anestesia la respiramos en el aire
e inculcan a través de subliminares mensajes que diariamente recibimos ya
redirigidos. Vivimos tiempos difíciles, tiempos muy especiales por lo que es
nuestro deber usar la sensatez.
Todos, absolutamente todos, tenemos las
herramientas para fortificarnos y lograr vencer la apatía, la falta de ilusión
y cualquier otra actitud y pensamiento negativo. Debemos creer en nosotros
mismos, ser conscientes de nuestra gran fuerza, planificar y visualizar
nuestros proyectos con la mente ya que tenemos un gran poder en nuestro
interior a la espera de ser descubierto; una energía pura y viva que se
auto-regenera cada segundo de nuestra vida.
Somos máquinas autopoiéticas, capaces de
reproducirnos y mantenernos por nosotros mismos y fueron ellos, los biólogos
chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela quienes en 1973 utilizaron este
neologismo para definir la química de
auto-mantenimiento, auto-renovación
o auto-producción de las
células vivas.
Paremos,
reflexiones y preguntemos: ¿qué podemos hacer? y seguramente
obtendremos una respuesta de nuestra silenciosa mente «Parad, pensad y sacadme
partido. Tenéis en vuestro poder un verdadero mecanismo perfecto; pero, aún,
para muchos es desconocido. Quizás lo más fácil para vosotros sea seguir
viviendo en el lecho de los resignados, de los rendidos, sin querer ver la
realidad, sin luchar por vuestros ideales, por vuestro respeto, por vuestra
dignidad, por vosotros mismos. Vivís en un mundo cansado, sin ilusiones, falto
de utopías y de ideales. Deberíais cultivar una mente sabia, abierta, activa,
firme, con fuerza y convicción e independiente. Esto os haría mucho más
inteligentes, sabios, con determinación y exentos de toda manipulación».
Aprendamos y escuchemos a nuestra
silenciosa mente y observemos a nuestro alrededor.
La basura planetaria, entre otras cosas,
es el reflejo de nosotros mismos, y por lo tanto una herramienta para conocer
la realidad en la que vivimos, cómo somos y cómo nos comportamos.
Regenerémonos haciendo un brindis al sol
por todas las oportunidades que la vida nos ofrece cada instante.
María del Carmen Aranda está galardonada
con el escudo de oro de la Unión Nacional de Escritores de España.