Zaragoza, noviembre de 1977

 

Juan Francisco Díaz Navarro

La vida me ha cambiado por completo. El amor de mi vida reside en Madrid. No hay día en el que no llore pensando en qué ha sido de él. Llamé al principio varias veces a la universidad y no logré ponerme en contacto con Rubio, nadie me aportaba el menor dato de él. Ahora mi barriga ha crecido de manera alarmante, muevo casi quince kilos más encima.

Estaba pesada, me dolían mucho las piernas y los riñones por el peso. Deseaba ver la cara de mí hijo, poder tenerlo en las manos y entregarle el amor que no pude darle a su padre. Mi existencia era un infierno: Ramón apenas se mueve de la cama o del sofá, ha dado un bajón tremendo y la enfermedad se lo está llevando a pasos agigantados, aunque sigue siendo igual de borde que siempre. O más aun. Doña Ramona, su madre, es una mujer entregada a su hijo con la cual choca constantemente. Tiene un carácter muy parecido al de su marido: se cree que las personas deben hacer lo que ella ordena, y al único que le permite cosas es a su pequeño. Un hombre que ya ha sobrepasado los cincuenta, pero que para su madre es su bebé. La primera vez que me dio un bofetón en la 262 cara por llevarle la contraria a Ramón me sorprendió. Ya estaba acostumbrada a que su mano actuara más rápido de lo que esperaba y siempre terminaba pillándome desprevenida.

Si ahora mi vida es así, no me imaginaba lo que vendría luego.

«Tú harás lo que tu marido te diga».

Ese fue el primer enfrentamiento. Era cierto que estábamos en su casa y que le tenía que agradecer cómo cuidaba de su hijo para que yo pudiera seguir dando clases. Pero eso no la disculpaba.

―Cuando lleve la razón ―protesto, creyendo que se podría hablar con ella.

―Siempre que te lo mande. ―Bofetón y sorpresa por lo inesperado que resultaba. Ya no nos encontramos en los años cincuenta y no voy a permitir que me trate de esa manera. Los tiempos avanzan y hay personas que no se han adaptado, lo que le choca mucho es que una mujer siga manteniendo esas costumbres.

Fragmento del libro Tiempos de amor y muerte, del autor.

Juan Francisco Díaz Navarro es miembro de la Unión Nacional de Escritores de España.