Verónica Esquinas
En una bola de nieve se reflejan los adornos,
las casitas de madera que decoran las ciudades
entre figuras de duendes, pastorcillos y renos.
Huele a Navidad, a dulce y a melancolía.
Cada año se inundan de luz las mismas caras
conocidas,
los nuevos rostros infantiles, las pupilas del
pasado.
Los turrones saben a nostalgia,
el chocolate endulza la amargura de un recuerdo.
Todos los regalos parecen poco importantes
exceptuando el de las manos que los entregan.
Envuelta en mi abrigo de invierno,
con la nariz tapada y camuflada
sonrío entre triste y alegre.
Recuerdo la felicidad en mis cabellos,
tejiendo con lana de colores
aquellos deseos que inventé siendo niña.
Siento como la magia se expande ante mí
cuando tus ojos sueñan con los míos.
El beso rompe el hechizo,
el frío enrojece mis nudillos.
Dibujo una sonrisa
dentro de mis párpados dormidos,
En mis manos cabe la ilusión,
y en mis sueños, la esperanza,
de una noche donde el frío
se torne en calma y en danza.
Verónica Esquinas es miembro de la Unión
Nacional de Escritores de España.